Me trabas,
tripeas
y mal trabas.
Te
escondes, fulguras,
desapareces.
Fantasma
irreal.
Estrella
sin nombre humano, sos galaxia. Rincón infinito.
Vos me
agitás como malestar nervioso;
hace mucho frío en las manos, ¿sabés?
En la
facilidad de re-rompernos. De volver a ser repatriados incluso de la
sanguineidad.
¿Sientes,
la tierra temblar bajo los pies?
La
cristalería tiembla.
Levántese
el corazón del letargo.
Cambiamos
una ansiedad por otra,
el vaivén de las olas despilfarran el vino por la borda.
Falta ese
espacio personal,
expresar el dolor.
Es como si
estuviera en el epílogo de un mágico sueño. Etéreo.
¿Dejamos la
poesía por miedo a la locura? ¿Por terror al amor?
¿Al dolor?
Ese día
llovía.
Hoy, hace verano.
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