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Amamos lo que hacemos

 Amamos lo que hacemos

Las ciencias del arte van por laberintos peligrosos.

Cruelmente reproducen,
se reproducen,

como la mala hierba,
se radican.

Llenan la tierra de raícillas
estrangulatorias de la pedrería.

Temperatura latente las fertiliza.
Frío medieval, en la noche descansada.
Sol asfixiante, fotosíntesis a toda madre.

La esperanza es el motor del ser humano,
dicen.

Noticia
Novedad...

Por demente que parezca esa emotividad…

tal vez por idea:

Una expiación.


Volvemos a la rutina y los demonios se activan.      No. No son demonios.

                                                   Fantasmas


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Naufragios

Traspapelados del mar, el cielo y la tierra se oponen a la vieja incubadora. La meteorología no logra pronosticar el cólera cuando la sustancia cambia oscureciendo de pronto y  los monstruos de las profundidades retoñan desde el abismo tembloroso. ¿Qué daño podrían causar arrojar unos sueños rotos al vientre del mundo si se la pasa abrigando las lágrimas de las estrellas?

Principio

 Arde en el pecho una hoguera, y en el escondrijo de la memoria un manojo de nervios. El ratón se encachinó aquella noche para la fiesta de lírica y perfume de sus lirios. Llega. Bloqueado en la atonicidad evita respirar. Se atora.    Cruce de miradas fijas. Se huele el aire en vilo. Aturdido esfuma esta presencia mía. Pareciera que se le estrujan las entrañas. Lo persigo. Se angustia. Lo carcomo acaloradamente tan dentro de sí que se persigna del demonio. El último apretón de pechos siente vacilar su perfume: azorado, dulce almizclero, tierno.

Vesubio

¿Acaso el guardado silencio de la montaña devuelve a las multitudes atrincheradas un sol poco comprometido con la vida terrestre? Avalancha de ceniza ardiendo, ¡Oh, Vesubio! Desmayas, los pulmones se llenan de asfixia, expiras humos explosivos con besos de lava piroplástica… Los viajes nadando sobre su pecho. El bello paisaje vale la vida. ¿Cuánto puede resistir un músculo bajo presión? El látigo de la voz encendida     chispea levemente un dolor con nombre. Los poros encrespados chirrían el miedo humano.   Colérica, la demencia se apodera. Brota y estalla.   La piel es grito silente.