Ir al contenido principal

Síndrome de abstinencia

Llego.

Gente,
demasiada.

Saludo unos cuantos
mientras yerguen orgullosos sus estatus.

Tuercen los ojos a media vuelta de su espalda.

- “ok”-, aterrada ignoro las posturas corporales.

Desciendo y vuelvo a intentar ver la silueta,
los ojos de un búho con el que he estado ensoñando.

Subo otra vez,
nuevamente saludo,
siéntome
                                                                                                                                                                desubicada.


Pero, ¿desencajada entre los raros? (jeje)
¿desorientada en medio de los “artistas”?

Quizás, lo menos oportuno es asistir a los lanzamientos privados
cuando no conoces al homenajeado.

Lo siento,

Me aterré.

También escapé en mi bicicleta.

En ambas entradas
puertas salidas de escape,
cuerpos conocidos por su periferia.

Angustiadas pisadas atropellan el respirar.

Una de las torrenciales de sentimientos detiene el deseo de hacer literatura.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Naufragios

Traspapelados del mar, el cielo y la tierra se oponen a la vieja incubadora. La meteorología no logra pronosticar el cólera cuando la sustancia cambia oscureciendo de pronto y  los monstruos de las profundidades retoñan desde el abismo tembloroso. ¿Qué daño podrían causar arrojar unos sueños rotos al vientre del mundo si se la pasa abrigando las lágrimas de las estrellas?

Divina comedia la vida

Me trabas, tripeas y mal trabas. Te escondes, fulguras, desapareces. Fantasma irreal. Estrella sin nombre humano, sos galaxia. Rincón infinito. Vos me agitás como malestar nervioso; hace mucho frío en las manos, ¿sabés? En la facilidad de re-rompernos. De volver a ser repatriados incluso de la sanguineidad. ¿Sientes, la tierra temblar bajo los pies? La cristalería tiembla. Levántese el corazón del letargo. Cambiamos una ansiedad por otra, el vaivén de las olas despilfarran el vino por la borda. Falta ese espacio personal, expresar el dolor. Es como si estuviera en el epílogo de un mágico sueño. Etéreo. ¿Dejamos la poesía por miedo a la locura? ¿Por terror al amor? ¿Al dolor? Ese día llovía. Hoy, hace verano.

El aire fluye, se desliza… vuela

 Hoy dormiré al arrullo de 139 grullas. Se anidarán en mis sueños y recordarán el pasado bueno. Las amarillas buscarán el sol para colocarlo en el estandarte, las verdes plantarán las flores más sencillas para dar aroma a las fantasías, las rosadas besarán los labios con suave ternura y las azules nos taparán de inciensos sublimes, tiernos. Sobre el cielo 140 grullas descansan sobre un cordel, todas, mirando al infinito.